martes, 28 de septiembre de 2010

Hoy


Al dar vuelta mi cara,
me encontré con la vida,
que estaba de vuelta,
cansada, sufrida, llorando,
de tanto vivir silencios mezquinos.
Le pregunté de quién era mi vida.
Me respondió del tiempo.
Y el tiempo era hoy.
Y el silencio era hoy.
Y el cansancio era hoy.
Las lágrimas invadieron mis ojos,
pero no rodaban,
ya que eran secadas,
por el viento del dolor y del desprecio.
Giré mi cara bruscamente,
dando la espalda a la vida,
y mi cuerpo salvaje y endeble,
ya emanaba el olor del cadáver.

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